El Maestro Saint Germain es una figura mística en la espiritualidad moderna, conocido como un ascendido y venerado maestro de la sabiduría. Su presencia ha sido reconocida a lo largo de la historia, con vidas pasadas que se remontan a tiempos antiguos. Se dice que en sus vidas pasadas encarnó al profeta Samuel, San José el padre de Jesús, el monje San Albán, Proclo, el Mago Merlín, el monje Roger Bacon, Christian Rosenkreutz y Cristóbal Colón
La encarnación más famosa de este maestro ascendido fue el Conde Saint Germain, un diplomático, alquimista y místico de la corte europea en el siglo XVIII. Se le atribuyen habilidades extraordinarias, como la capacidad de transformar metales en oro y una longevidad sorprendente. Era conocido por su erudición y su habilidad para hablar varios idiomas, así como por sus conexiones con figuras influyentes de la época.
Se le atribuyen enseñanzas profundas sobre la transmutación y la elevación espiritual, siendo el guardián de la llama violeta, una poderosa energía espiritual que simboliza la transformación y la liberación de las energías negativas. Esta llama es una herramienta esencial para aquellos que buscan purificar sus emociones y pensamientos.
La llama violeta y el legado de Saint Germain
Saint Germain es considerado el avatar de la Era de Acuario, una época que simboliza el despertar de la conciencia colectiva y la búsqueda de la verdad espiritual. Esta era se caracteriza por la innovación, la libertad y la fraternidad, donde se espera que la humanidad evolucione hacia una mayor comprensión y unidad.
Como avatar, Saint Germain guía a las personas en su camino hacia la iluminación, fomentando el autoconocimiento y la transformación personal. Su papel es fundamental para ayudar a la humanidad a trascender viejas limitaciones y abrazar un futuro de paz, amor y armonía, marcando un nuevo capítulo en la historia espiritual de la humanidad.
Estas son las virtudes que representa la llama violeta que lidera el Maestro Saint Germain:
1. Transmutación y purificación
La llama violeta es conocida como el fuego de la transmutación, un poder espiritual que permite transformar energías negativas en positivas. Al invocar esta llama, las personas pueden purificar sus pensamientos, emociones y acciones, liberándose de patrones dañinos y karmas acumulados. Este proceso de purificación es esencial para lograr un crecimiento espiritual y emocional.
2. Sanación y liberación
Esta energía es también un potente agente de sanación. La llama violeta tiene la capacidad de disolver el dolor, la tristeza y las enfermedades, tanto a nivel físico como emocional. Se considera que su invocación promueve la curación en diferentes aspectos de la vida, proporcionando alivio y restauración al alma.
3. Conexión con la sabiduría divina
La llama violeta no solo se asocia con la purificación, sino también con la sabiduría y el conocimiento divinos. Al meditar sobre esta llama, los practicantes buscan conectar con la conciencia superior y recibir guía espiritual. Este acceso a la sabiduría divina es fundamental para tomar decisiones alineadas con el propósito del alma.
4. Fomento del amor incondicional
La llama violeta es un símbolo de amor incondicional y compasión. Al trabajar con esta energía, se promueve una mayor empatía y comprensión hacia uno mismo y hacia los demás. Esta conexión amorosa es esencial para cultivar relaciones saludables y armoniosas, fomentando un sentido de unidad y comunidad.
5. Empoderamiento personal
Invocar la llama violeta permite a las personas tomar el control de su vida y su destino. Esta llama es un recordatorio del poder interno que cada individuo posee para crear cambios positivos en su vida. Al reconocer y utilizar este poder, se fomenta la confianza y la autoeficacia, cruciales para el crecimiento personal y espiritual.

La conclusión de la Era de Piscis e inicio de la Era de Acuario
La Era de Piscis, que duró aproximadamente dos mil años, estuvo caracterizada por valores como la fe, la devoción y el sacrificio personal, enseñados por Jesús. Durante este período, la espiritualidad se enfocó en la salvación a través de la fe y la conexión con una figura divina externa. Sin embargo, a medida que la humanidad ha ido evolucionando, han surgido nuevas necesidades espirituales que requieren un enfoque diferente.
El legado de Saint Germain representa un punto de inflexión en la historia espiritual de la humanidad, marcando el inicio de la Era de Acuario, que sigue a la Era de Piscis, durante la cual Jesús fue una figura central. Esta transición no solo simboliza un cambio de era, sino también una evolución en la conciencia colectiva y en la forma en que las personas se relacionan con lo divino y consigo mismas.
